Vivimos tiempos interesantes, en los que la tecnología evoluciona a un ritmo tan vertiginoso que es fácil perder algún tren. Nuestros hijos e hijas, sin embargo, van en ellos.
“Nunca aceptes golosinas de extraños” y “no hables con desconocidos” eran las consignas paternas hace sólo veinte años. Hoy no es que el mundo sea mucho más peligroso; es que algunos peligros se han sofisticado (caso de la pornografía infantil), y otros, sencillamente, se han identificado y etiquetado (acoso escolar).
El lado oscuro de la tecnología es que brinda nuevas formas de cometer viejos delitos, y algunos de ellos amenazan a nuestros hijos porque comparten el mismo medio que los criminales. Cada día escuchamos “palabros” como ciberbullying, sexting, grooming, y otros que o bien nos parecen muy ajenos porque nuestros niños aún son pequeños, o bien nos producen un miedo sólo equiparable a nuestra ignorancia.
Si queremos proteger a nuestros menores tenemos que ponernos al día. No llegaremos muy lejos ignorando la realidad o prohibiéndoles el uso de internet o de los dispositivos móviles.
Nuestra misión como padres y educadores es aprender lo necesario para acompañarles, aconsejarles y EDUCARLES en el buen uso de internet y la tecnología, tanto para protegerles como para evitar que la utilicen indebidamente para dañar a otros.
Hay que enseñarles a respetar a los demás, a preservar su privacidad y a comunicarse de forma segura y responsable, conociendo el medio y los riesgos.
Algunos consejos para padres y educadores
- Tus hijos deben entender que internet es el mundo entero. Aunque es una herramienta estupenda y cada vez más imprescindible, mucha gente no es quien dice ser y eso incluye a los malos.
- Transmite a tus hijos la importancia de preservar su privacidad. Enséñales que nunca deben publicar ni compartir datos, fotos o vídeos que no estén dispuestos a colgar en el tablón de su escuela o en carteles por el vecindario. Deben tener claro qué tipo de datos pueden compartir y en qué ámbitos.
- Haz que tomen conciencia de que no deben aprovechar el anonimato que brinda internet para hacer cosas que nunca harían en la vida real, como insultar, amenazar o acosar a otras personas.
- Supervisa su acceso a redes sociales y chats, ayudándoles a crear perfiles de usuario y cuentas de correo electrónico seguras.
- Instala software de control parental y verifica la configuración de seguridad y privacidad de tus dispositivos y navegadores de internet.
- Procura que el ordenador esté en una zona común de la casa y establece unas normas y unos horarios consensuados para su uso.
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